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Continúo desarrollando algunos de los motivos que facilitan la infidelidad. En este, y algunos otros post más, me propongo examinar cinco (número completamente caprichoso) posibles causas de la infidelidad:

  1. Expectativas Irracionales.
  2. Relaciones No-Monógamas (versión Beta)
  3. Legado Familiar
  4. La Infidelidad como parte del Proceso de Individuación.
  5. Otros, no especificados. 

EXPECTATIVAS IRRACIONALES

Para ser honesto, la forma en que se plantea la pareja moderna y la idea del matrimonio en particular, crea todas las condiciones para que se dé la infidelidad.

Antes del siglo XI: MATRIMONIO = EMPRESA. El matrimonio nació como una alianza estratégica con el propósito de sobrevivir y prosperar con la ayuda de la futura prole.

Después del siglo XI: MATRIMONIO = EMPRESA + CONSENSO. La unión seguía siendo de naturaleza empresarial, pero ahora requería un acuerdo mutuo.

En el siglo XII: MATRIMONIO = EMPRESA + CONSENSO + VÍNCULO SAGRADO. El vínculo seguía siendo de naturaleza económica y consensuada, pero ahora se enmarcaba dentro de un vínculo sagrado-romántico avalado por la iglesia.

En el siglo XIX: MATRIMONIO = EMPRESA + CONSENSO + VÍNCULO SAGRADO + EXPECTATIVAS SEXUALES. Con los nuevos métodos anticonceptivos, el sexo (que antes era exclusivamente para reproducción) ahora también sirve para recreación.

En el siglo XXI: MATRIMONIO = EMPRESA + CONSENSO + VÍNCULO SAGRADO + EXPECTATIVAS SEXUALES + CATÁLOGO ILIMITADO  DEPENDENCIA BIOLÓGICA. Es posible elegir entre miles de candidatos/as mediante una aplicación; si no te gusta la altura, el corte de pelo o a quién vota, deslizas el dedo hacia la izquierda. La mujer no depende de un hombre para tener hijos (puede acceder con facilidad a un banco de esperma) y no está limitada por su reloj biológico (es posible congelar óvulos, espermatozoides y embriones). 

Así, se espera que las necesidades que antes cumplía toda una tribu las cumpla una sola persona. Ningún ser humano, que yo conozca por lo menos, se acerca a estas expectativas cinematográficas, televisivas o pornográficas delirantes. Una relación monógama satisfactoria solo puede ocurrir con una actitud realista, compasiva y con la resignación de que una persona solo puede dar hasta cierto punto y difícilmente en tantas áreas como nos gustaría.

Probablemente, el sentimiento más característico de nuestra época sea el FOMO (Fear Of Missing Out o miedo a perderse de algo). El pasto siempre se ve más verde desde el otro lado y quizás sí nos estemos perdiendo grandes aventuras mientras transitamos una relación que, inevitablemente, resulta a veces monótona, aburrida y frustrante. No hay nada nuevo ahí, las relaciones no «fluyen», es necesario tener conversaciones incómodas, cuestionarse qué porcentaje de responsabilidad tenemos en lo que está pasando, atravesar los problemas y manejar la rabia que genera cuando los problemas no se resuelven tan rápido como nos gustaría. Por supuesto, esto NUNCA es lo que pide el cuerpo; es necesario hacer un esfuerzo voluntario por hacer que las cosas funcionen.

Retrato de Arnolfini y su esposa, Jan van Eyck, 1434.

RELACIONES NO-MONÓGAMAS (VERSIÓN BETA)

Como hemos visto, la monogamia ha sido la solución para todos. Para muchas personas, todavía se considera que estar en pareja es un paso madurativo fundamental. La tecnología ha acercado a personas que no están interesadas en tener una relación monógama tradicional; ya no es necesaria la exclusividad sexual y afectiva, empezamos a hablar de poligamia, anarquismo relacional, agamia, relaciones abiertas, entre otras. Pero tengo la impresión de que no es posible deshacerse de un plumazo siglos de puritanismo cultural, posesividad relacional socialmente validada y tener una conversación realmente franca y honesta sin que estos dispositivos mentales se pongan en juego.

¿Realmente elegimos estar en pareja y es la mejor opción disponible para nosotros?

¿Nos hemos planteado otra alternativa?

¿Cuál es el costo de no tener una relación monógama en mi entorno?

¿Es necesario para amar a alguien sacrificar una parte fundamental de la vida? 

¿Dónde termina la privacidad y empieza la auditoría sentimental?

¿Qué pasa si realmente pensamos que nuestra pareja no soportaría, ni siquiera saber. que estamos sintiendo una atracción (aunque sea leve) por otra persona?

¿Es válido el planteo «no quiero tener relaciones contigo y espero que tú tampoco las tengas»?

Personalmente, creo que el futuro de las relaciones no-monógamas, no-tradicionales, no-heterosexuales está asegurado (y casi-casi avalado por el Papa y definitivamente por Netflix). Pero, todavía faltan entornos seguros donde sea posible que las personas puedan ser y expresarse tal como realmente son, sin que la Santa Inquisición (ahora llamada Poscensura) les ponga su mordaza. Hasta que esto no pase, es lógico que un porcentaje de la población sienta una inclinación, o incluso se sientan forzados, a llevar una doble vida. La mejor forma de evitar estos problemas es, por supuesto, adelantarse. Mejor aclarar minuciosamente las reglas de la relación, qué constituye una infidelidad y tener claro cómo podría manejarse una posible atracción hacia otra persona.

Para terminar, quizás alguien pueda contestar una pregunta que obsesiona. ¿Qué quieren decir las personas que dicen «mientras yo no me entere»? ¿Que no tienen problema con que su pareja esté con otra persona? ¿Que se verían obligadas a terminar si se enteraran y valorarían ante todo la discreción? ¿Que no quieren pensar en eso? ¿Que si un árbol se cae en el bosque y no hay nadie para verlo que no ocurrió?…

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