Filosofía y Psicología – Ps. Diego Durán https://diegoduranblog.wpcomstaging.com Psicólogo Clínico Bilingüe. Licenciado en Psicología/Master en Psicoterapia. Thu, 18 Nov 2021 13:02:03 +0000 es hourly 1 https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/wp-content/uploads/2021/01/cropped-icono-1-150x150.png?crop=1 Filosofía y Psicología – Ps. Diego Durán https://diegoduranblog.wpcomstaging.com 32 32 117911546 Mantenerse Estoico (Parte VII) https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/09/29/mantenerse-estoico-parte-vii/ https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/09/29/mantenerse-estoico-parte-vii/#comments Tue, 29 Sep 2020 04:15:56 +0000 http://diegoduranblog.wpcomstaging.com/?p=2401 Este post es acerca de tres ejercicios que utilizaba el gran Emperador-Filósofo Marco Aurelio. En Meditaciones se establece la importancia de escribir para organizar el pensamiento, adelantarnos cada mañana a las posibles dificultades que puedan surgir en el día y se plantea su filosofía para lidiar con la crítica externa.

Escritura terapéutica

Meditaciones fue escrito entre el año 170 y 180 y está conformado por una serie de reflexiones estructuradas en doce libros. El genero literario es único, no es un ensayo filosófico (su autor era el único destinatario y no responde a una temática concreta) ni tampoco es un diario (no escribe fechas ni cuenta incidentes concretos, así que tampoco tiene valor histórico). Se trata de reflexiones personales de el último de los cinco buenos emperadores que tenía como propósito organizar su pensamiento centrándose en aquellas virtudes que creía fundamentales para su vida.

El sentido terapéutico de escribir ha sido bastante estudiado. Una investigación en Nueva Zelanda, por ejemplo, ha demostrado que escribir sobre algún evento traumático ayuda a reducir el daño emocional al organizar los acontecimientos de forma cronológica y resulta efectivo para reducir los efectos del trauma. El Dr. James Pennebaker —que es considerado el pionero de la terapia narrativa— sostiene que clasificar las emociones escribiendo ayuda a circunscribir el problema e incluso mejora el sistema inmunológico y nuestro estado de ánimo. Sin embargo, la escritura debe utilizarse de forma medida para que tenga un propósito terapéutico. Escribir en todo momento, por ejemplo, no es en absoluto recomendable porque fomenta la rumiación y un estado de autoconsciencia constante. La recomendación de Pennebaker es escribir tres o cuatro días entre quince y veinte minutos. Si esto no funciona, siguiere, «deja de hacerlo. Sal a correr. Comienza terapia. Ve a un bar o a la iglesia».

 

Cada uno encuentra una motivación para escribir diferente, que puede ir desde poner por escrito eventos traumáticos que no han podido ser puestos en palabras hasta el momento, reflexiones personales destinadas a la superación personal, incentivar la imaginación con relatos fantásticos, hacer un seguimiento de los sueños, escribir a un destinatario aquello que sentimos (lo lea o no a posteriori), organizar ideas respecto a un determinado asunto o incluso una autobiografía completa.

Versión de Meditaciones escrita en griego antiguo

Como psicoterapeuta integro estas técnica en las consultas bajo el siguiente formato (adjunto los PDF para que puedan hacer este ejercicio si les interesa la propuesta).

  1. Como tengo claro que escribir una Autobiografía de la nada puede resultar tedioso y es complicado saber por dónde empezar. Planteo a mis pacientes que dividan su historia vital en seis grandes épocas o etapas y escriban dentro de cada una entre cuatro y seis experiencias que marcaron esto períodos. Cada uno puede elegir si escribir un texto esquemático o un verdadero libro de dimensiones enciclopédicas.
  2. Es importante hacerse consciente de cuáles son nuestros objetivos a nivel personal, familiar y laboral, así como también las dificultades para alcanzar estos objetivos. Por este motivo, propongo que escriban un Plan de Futuro en base a varias preguntas orientadoras.

La idea es que cada uno escriba libremente, pero me interesa darle a mis pacientes una estructura y algunas preguntas para facilitar este proceso y reduciendo así la aparición del síndrome de la página en blanco. Es curioso cómo mediante esta técnica me pude enterar de acontecimientos cruciales de pacientes que conozco desde hace años, que incluso ellos mismos le habían restado importancia (!).

Visualización negativa

Al despuntar la aurora, hazte estas consideraciones previas: me encontraré con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable.

Meditaciones – Libro II

La anticipación de las desgracias o praemeditatio malorum es una técnica estoica que consiste en anticipar todo lo que puede llegar a salir mal. Esta técnica, opuesta al Don’t you worry ‘bout a thing de Bob Marley, tiene dos grandes beneficios.

El primero, ser conscientes y agradecidos del valor transitorio de lo que actualmente tenemos.

No imagines las cosas ausentes como ya presentes; antes bien, selecciona entre las presentes las más favorables. y, a la vista de esto, recuerda cómo las buscarías, si no estuvieran presentes.

Meditaciones – Libro VII

Marco Aurelio incluso retoma las palabras de Epicteto para recordarse a sí mismo que incluso sus hijos también son mortales.

Al besar a tu hijo, decía Epicteto, debes decirte: «Mañana tal vez muera.» «Eso es mal presagio.» «Ningún mal presagio, contestó, sino la constatación de un hecho natural, o también es mal presagio haber segado las espigas.»

Meditaciones – Libro XI

Este parafraseo a Epicteto no es casual, Marco Aurelio tuvo trece hijos y varios de ellos murieron siendo niños. A lo que nosotros (postmodernos) respecta, la situación sigue siendo, diecinueve siglos más tarde, exactamente la misma: no hay mucho que podamos hacer para evitar que accidentes, vejez, enfermedades, guerras o cambios sociales nos arrebaten lo más queremos. Ocurre que nuestros amigos, hijos, padres, pareja no son nuestros, sino son personas que tuvimos (o tenemos) la suerte de haber llegado a conocer. Conviene, por tanto, ser agradecidos y conscientes del valor particular y transitorio de cada vínculo (este punto lo deja claro el Emperador Filósofo al dedicar íntegramente el Libro I de Meditaciones para agradecer a sus mentores).

Escena de Gladiador. Marco Aurelio (Richard Harris) siendo asesinado por su hijo Comodo (Joaquin Phoenix).

El segundo, como ocurre en el ajedrez (retomando la metáfora de Schopi), generalmente gana quién logra anticipar más movimientos. Si tenemos una entrevista de trabajo, es útil imaginar qué preguntas nos podrían poner en aprietos, preparar posibles respuestas e incluso ensayar el lenguaje corporal. Lo mismo si nos vamos a encontrar con un interés romántico, con alguien que logra sacarnos de nuestras casillas, si vamos a negociar un acenso, dar una mala noticia o plantear algo que no ha molestado. Para un estoico, lo más útil es imaginar el peor escenario y pensar distintas alternativas o argumentos para lidiar con posibles situaciones desastrosas. Ponerlo por escrito sirve, pero si logramos personificar la situación mediante un rol playing, todavía mejor. En algunos casos, esta técnica puede ser contraproducente (cuando el grado de ansiedad es apenas soportable), pero en la mayoría de situaciones, adelantarse a un escenario desagradable ayuda a mejorar el desempeño y reducir la ansiedad.

Imagino (en el peor de los casos) que el lector insidioso debe estar pensando «qué deprimente vivir así, imaginando lo peor», «suena masoquista»… La clave está en entender que la visualización negativa es un ejercicio de imaginación (que han retomado los psicólogos cognitivos) que se ejecuta en un marco de tiempo breve con un propósito constructivo. El problema de «pensar en positivo» o «la ley de atracción» es que son, para mi gusto, filosofías de vida negadoras que no ayudan a enfrentar los problemas y por tanto no facilitan el desarrollo posterior. O, como decía Epicteto:

La mala fortuna golpea más duro a quienes sólo esperan buena fortuna

Epicteto

Marco Aurelio en Meditaciones nos deja una frase digna de ser tatuada en un brazo: «lo que impide la acción anticipa la acción. Lo que se impone en el camino se convierte en el camino», o, en caso que no tengas tan hipertrofiados tus bíceps, puedes escribir con pintura indeleble la frase resumida en cinco palabras: «el obstáculo es el camino». La forma de aprender y superar los problemas (incluso si están solo en nuestra imaginación) no es negarlos, sino atravesarlos. En pocas palabras: si los obstáculos no te matan, te ponen a prueba, te orientan y te hacen crecer.

Enfrentar los insultos como un emperador romano

Siempre que otro te vitupere, odie, o profieran palabras semejantes, penetra en sus pobres almas, adéntrate en ellas y observa qué clase de gente son. Verás que no debes
angustiarte por lo que esos piensen de ti. Sin embargo, hay que ser benevolente con ellos, porque son, por naturaleza, tus amigos.

Meditaciones – Libro IX

Marco Aurelio cuando presenciaba alguna infamia, recordaba que nada de lo humano le es ajeno. En esencia todos queremos ser queridos, hemos montado en cólera, hecho el ridículo y manipulado. No deberíamos temer a los otros, ser hipócritas y horrorizarnos por esto. Para este emperador la debilidad es humana, pero contraria a la finalidad de las cosas. Hemos nacido para volar más alto, colaborar y el aporte de cada uno es fundamental porque contribuye al bien común. No hay enemigos, solo gente extraviada:

Todo eso les acontece por ignorancia de los bienes y de los males. Pero yo, que he observado que la naturaleza del bien es lo bello, y que la del mal es lo vergonzoso, y que la naturaleza del pecador mismo es pariente de la mía, porque participa, no de la misma sangre o de la misma semilla, sino de la inteligencia y de una porción de la divinidad, no puedo recibir daño de ninguno de ellos, pues ninguno me cubrirá de vergüenza; ni puedo enfadarme con mi pariente ni odiarle. Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza.

Meditaciones – Libro II

Entiendo que lo que se propone Marco Aurelio es empatizar con quién lo ofende y reencausar sus esfuerzos al bien común. Nadie medianamente feliz pierde el tiempo criticando al vecino porque hizo tal o cual, sino por el contrario, sigue su propio camino, que en definitiva aporta al conjunto. Si pudiéramos tener en cuenta esto cuando nos sentimos ofendidos se ganaría bastante. Marco Aurelio tuvo la lucidez de proponerse a sí mismo invertir la posición de víctima o espectador pasivo lo antes posible porque sabía que va en contra de la naturaleza de las cosas. En suma: El Emperador Filósofo supo ver con claridad meridiana qué papel representaba en el mundo y tenía especial cuidado en no caer en provocaciones de aquellos que pierden el tiempo porque todavía no lo saben.

Al contrario de lo que generalmente se cree, el estoicismo no nos hace indiferentes a los problemas humanos, más bien lo opuesto, nos despabila y enseña a ser compasivos con nosotros mismos y los demás sin dejarnos caer en placeres-relacionales-masoquistas y demás orgías de autodesprecio.


A continuación adjunto Meditaciones en Youtube, en formato PDF y MP3. Recomiendo empezar por el Libro II (minuto 23:52), porque creo que se hace tedioso empezar por el Libro I (23 minutos de agradecimientos). Para aquellos que se agobien ante la idea de escuchar 6:30 horas de audiolibro, adjunto el Libro II para que puedan escuchar exclusivamente esa parte (que dura solo 21 minutos) y ven si quieren seguir con el resto.

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Mantenerse Estoico (Parte VI) https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/09/23/mantenerse-estoico-parte-vi/ https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/09/23/mantenerse-estoico-parte-vi/#comments Wed, 23 Sep 2020 10:50:47 +0000 http://diegoduranblog.wpcomstaging.com/?p=2303 Eudemología o El Arte de Ser Feliz, explicado en cincuenta reglas para la vida de Arthur Schopenhauer (1788-1869) es un compilado de manuscritos de filosofía práctica. Este clásico de bolsillo podría ser definido como un libro de auto-ayuda para pesimistas y, para mi gusto, retoma los puntos medulares de los filósofos de la estoa que hemos visto desde su perspectiva oscura, MUY oscura. De todas formas, por favor, no me malinterpreten, no quiero decir con esto que Schopenhauer viera el vaso medio vacío, no, en absoluto, veía más bien el ataúd medio lleno (que es distinto).

Como sea, dejo aquí abajo una selección de los veinte MEMES que me parecieron los más divertidos sobre Schopenhauer. Espero sirva para matizar tanta amargura (reconozco que el de Lou Salomé me generó una carcajada frankzappiana):

La pregunta es evidente, ¿qué puede aportar un pesimista de este calibre al tema de la felicidad? Resulta que mucho.

Lo interesante de este libro es que nos muestra que la felicidad es una ilusión y que el principal motivo de sufrimiento está, paradójicamente, en nuestra búsqueda obsesiva, voraz e incesante por alcanzarla.

El medio más seguro para no volverse infeliz es no desear llegar a ser muy feliz, es decir, poner las exigencias de placer, posesiones, rango, honores etc. a un nivel muy moderado; porque precisamente la aspiración a la felicidad y la lucha por ella atraen los grandes infortunios.

Regla número 37 (pág. 71)

En todo caso, podemos aspirar a un presente tranquilo, indoloro y soportable.

Hay mucho para comentar sobre este audio/libro respecto al fatalismo, la dinámica humoral de naturaleza bipolar, la mesura como estrategia vital… pero lo que más me interesa de este texto es que Schopi nos plantea un antídoto a la dictadura de la felicidad empresarial, liquida, maníaca, enlatada y con rápida fecha de expiración. Visto así, no resulta sorprendente el resurgimiento en las redes en los últimos años de este calvo-cascarrabias más alemán que las salchichas bratwurst, el bretzel, Beethoven y el Oktoberfest.

Porque, siendo realistas, y como canta Drexler en Amar la trama (por lejos su mejor disco), «la vida puede que no se ponga mucho mejor que esto».

Todos a sus puestos, Amar la Trama, Jorge Drexler (2010).

El Arte de la felicidad puede leerse infinidad de veces porque tiene una prosa accesible la mayor parte del tiempo, y también nos da la posibilidad de rompernos la cabeza con conceptos metafísicos como ocurre con la regla número 39 cuando refuta a Kant explicando: «Posible es aquello que puede suceder, pero lo que puede suceder sucede con seguridad, pues de no ser así, no puede suceder» (este apartado le puede interesar a la gente que vio las tres temporadas de Dark y hace de cuenta que la entendió).

Schopenhauer nos plantea que la vida es sufrimiento y es necesario apaciguar esta angustia con placeres moderados. Por este motivo, una de las preguntas que frecuentemente les hago a mis pacientes es, ¿qué es lo mínimo que necesitas para estar bien? Para algunos es caminar una hora por día, para otros ver amigos una vez por semana, hacer ejercicio tres veces a la semana, destinar treinta minutos al día para estar solos, cada cual tiene sus mínimos. Nuestra estabilidad psicológica generalmente depende de mantener ciertos hábitos sencillos, pero para eso, es importante identificarlos y comprometerse a seguirlos independientemente que las circunstancias externas no lo favorezcan.

Para terminar me despido otros con tres puntos reseñables de El Arte de Ser Feliz:

A) Nuestros planes están siempre sujetos a factores inconscientes (la lógica schopenhaueriana sigue la línea del determinismo estoico que desarrollé en Mantenerse Estoico, parte II):

En la vida ocurre como en el ajedrez: en ambos hacemos un plan, pero éste queda del todo condicionado por lo que en el ajedrez hará el contrario y, en la vida, el destino. Las modificaciones que así se producen, generalmente son tan importantes que nuestro plan apenas es reconocible en algunos rasgos básicos cuando lo realizamos.

Regla Número 23 (pág. 51)

B) «Vive el presente» se dice rápido, pero para eso es necesario desarrollar Cajones de Pensamientos

debemos poder abstraer, debemos pensar, arreglar, disfrutar, sufrir cada cosa en su momento, sin preocuparnos de todo lo demás; tener, por así decirlo, cajones para nuestros pensamientos, donde abrimos uno y cerramos todos los demás. Así, una grave preocupación no nos destruirá cualquier pequeño placer actual privándonos de todo sosiego; una reflexión no desplazará a otra; la preocupación por un asunto grande no alterará en todo momento la preocupación por ciertos asuntos pequeños etc. Como en tantas otras ocasiones, aquí hay que ejercer una coacción sobre sí mismo, en la cual nos apoyará la reflexión de que cualquier persona debe sufrir de todos modos tantas y tan grandes coacciones y que una vida sin muchas coacciones sería imposible, pero que una pequeña coacción de sí mismo aplicada en el lugar justo puede prevenir a muchas coacciones posteriores desde fuera

Regla Número 21 (pág. 57-8)

C) Etapas de la vida:

Juventud y molinos:

Particularmente en la juventud, la meta de nuestra felicidad se fija en forma de algunas imágenes que a menudo vemos en la fantasía durante toda la vida o hasta su mitad, y que en realidad son fantasmas burlones. Porque cuando las hemos alcanzado se desvanecen, y vemos que no cumplen nada de lo que prometen.

Regla Número 31 (pág. 62)

Vejez y sucedáneos:

La comodidad y la seguridad son las necesidades principales de la vejez. Por eso los viejos aman sobre todo el dinero como sustituto de las fuerzas que les faltan. Al lado de ello están los placeres de la comida que sustituyen los placeres del amor. El lugar del deseo de ver, viajar y aprender lo ocupa el de enseñar y hablar. Pero es una suerte para el anciano si conserva el amor por el estudio, por la música e incluso por el teatro.

Regla Número 28 (pág. 64)

Como hasta ahora, cuelgo el audiolibro para escuchar en esta página, su versión descargable en MP3, PDF y la versión original de AMA Audiolibros en YouTube.


¿Todavía quieres saber algo más sobre Schopi? Dos datos jugosos de su biografía.

Si hacemos un fast-Freud, no es sorprendente su aversión a las mujeres. A su madre, también escritora, le gustaba hacer reuniones sociales en la casa. El punto es que su padre sufrió una infección auditiva (en aquel momento no tenía cura) y mientras ocurrían estar reuniones el joven Arthur veía como sufría su padre mientras escuchaba las carcajadas de su madre con sus amigos. Cuando el joven Arthur tenía diecisiete años, presumiblemente por la desesperación causada por el dolor de oído (los que hemos sufrido crisis auditivas lo sabemos), su padre se suicidó tirándose a un río. Desde entonces, su relación con su madre (y su hermana) fue desastrosa, tanto así que su madre decidió desheredarlo. «El arte de tratar a las mujeres» (obra que para los estándares actuales no es misógina, es lo siguiente) es la prueba más cabal de cómo los traumas tempranos afectan las relaciones subsiguientes y nos muestran que incluso los genios pueden ser completamente ciegos (por no decir francamente idiotas) respecto a algunos asuntos.

En una ocasión una vieja costurera osó despertar a Schopenhauer de la siesta hablando en voz alta al lado de la puerta de su habitación. El resultado es predecible: hizo rodar a septuagenaria por las escaleras. Obviamente, esto le ocasionó a la pobre anciana secuelas de todo tipo y color, así que lo demandó y Schopenhauer fue sentenciado a pagar una indemnización mensual a la achacosa señora por el tiempo que estuviera viva (como hemos visto, la vida es cruel, así que la dama vivió veinte años más). Una vez que la mujer pasó a mejor vida, Arthur respiró hondo y escribió apacible una frase en latín en su libreta: «la vieja murió, la carga termina».

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Mantenerse Estoico (Parte V) https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/09/15/mantenerse-estoico-parte-v/ https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/09/15/mantenerse-estoico-parte-v/#comments Tue, 15 Sep 2020 17:07:07 +0000 http://diegoduranblog.wpcomstaging.com/?p=2176  

Sobre la felicidad, de Lucio Anneo Séneca (55 D.C) es un manual para una vida con sentido y, de paso, combatir las adicciones. La felicidad, para Séneca, se alcanza mediante la búsqueda de la virtud. La infelicidad, por el contrario, ocurre cuando ponemos por delante la búsqueda del placer antes que la virtud. Las dos pueden ocurrir en simultáneo, pero —según los estoicos— el placer no debe buscarse deliberadamente. Respecto a esto, Séneca corta grueso diciendo:

Que la virtud marche delante y el placer le acompañe y vaya junto a ella, como la sombra junto al cuerpo. Hacer de la virtud el más excelso de todos los bienes, una esclava del placer, es propio de un hombre incapaz de concebir nada grande.

(pág. 19)

Generalmente confundimos el placer con la felicidad porque nuestro funcionamiento biológico y psíquico está dirigido a buscar el placer y evitar el sufrimiento. Sin embargo, para Séneca, el sufrimiento es inevitable y el placer es como una fiera que cuanto más la alimentamos, más amenaza con comernos crudos:

Así como cazamos a las fieras con esfuerzo y peligro, y su posesión, una vez cogidas, es también inquieta, pues con frecuencia despedazan a sus dueños, del mismo modo los que poseen grandes placeres caen en un gran mal, y los antes conquistados los apresan; y cuanto más numerosos y grandes son, tanto más pequeño y siervo de más señores es aquél a quien el vulgo llama feliz.

(pág. 19)

Séneca insiste en la búsqueda de la virtud a ultranza. Con cierta razón, a Nietzsche —vitalista hasta la médula— la idea de subordinar los instintos a la razón le revolvía las tripas. Para mi gusto, teniendo en cuenta que el mismo Séneca reconoce que ha fracasado en esta empresa, conviene entender la virtud como un ideal regulativo, de tal manera, es posible alcanzar una ecuación personal en la cual podamos convivir con el placer y no vivir para el placer. He aquí la diferencia entre hacer lo que se tiene ganas (placer) y hacer —concienzudamente— lo que se quiere (virtud). Alcanzar la virtud es improbable, pero en la medida que nos acercamos, vamos ganando libertad.

Confieso que he dudado bastante si compartir este audiolibro porque en algunos momentos, para mi gusto, el registro lingüístico puede parecer similar a la un sermón dominical. Entiendo que este libro puede ser particularmente útil cuando nos cuesta organizarnos, ser constantes y disciplinados, pero tengo serias dudas que la búsqueda del placer sea en si mismo algo a ser evitado por completo. Lo cierto es que somos Humanos, Demasiado Humanos, y quizás esto no esté tan mal.

Incluso Séneca, que no era hipócrita, termina reconociendo su fracaso en este menester:

No digo estas cosas por mí, pues estoy sumido en todos los vicios, sino por aquel que ya ha conseguido algo. “Hablas de un modo y vives de otro”. Este reproche, ¡cabezas llenas de malevolencia y de hostilidad a todos los mejores!, se ha hecho a Platón, se ha hecho a Epicuro, se ha hecho a Zenón; pues todos estos éstos decían, no como vivían ellos mismos, sino cómo hubiesen debido vivir. Hablo de la virtud, no de mí, y cuando clamo contra los vicios, lo hago en primer lugar contra los míos: cuando pueda, viviré como es debido.

(pág. 25)

Habiendo planteado mis suspicacias —y ahora sí, en defensa de este ensayo— , diré que Sobre la felicidad, me ha hecho recordar a Otto Gross, que fue uno de los primeros seguidores de Freud y paciente de Jung. En realidad, fue paciente de Jung hasta que se invirtieron los roles y Gross lo terminó ayudando a superar inhibiciones sexuales (esto cobró forma en su famoso y polémico affair con una paciente, Sabina Spielrein). El punto es que Gross rechazó la teoría de la represión sexual de Freud, alegando que la civilización enferma a las personas al castrar sus instintos y él, personalmente, llevó su teoría anti-represión al extremo. ¿El resultado? Un tipo intelectualmente brillante que fue condenado al ostracismo por la comunidad psicoanalítica, vivió como indigente y fue encontrado muerto a los cuarenta y tres años en las calles de Berlín producto de una neumonía producida por el abuso de drogas. No hay vuelta, vivimos y morimos de acuerdo a la forma en que pensamos.

Escena de Un Método Peligroso (Cronenberg, 2011) entre Jung (Michael Fassbender) y Otto Gross (Vincent Cassel).

Según el bis-bis-abuelo Freud (esta vez le doy la razón), vivimos en una lucha constante entre nuestro instinto de placer (y muerte) y el deber ser («Superyó«). Creo que, a propósito de este post, alcanza con mencionar que hay una parte del instinto de placer que necesita ser restringido y una parte del deber ser que también necesita ser matizado (si no queremos convertirnos en replicantes, claro). La forma de lidiar con estas dos fuerzas psicológicas en constante conflicto depende de cada uno y no puede ser generalizable.

Uno de los ejercicios que propongo a mis pacientes es escribir en una hoja cómo estarían en cinco años si se dejaran arrastrar por sus placeres momentáneos y compulsiones, y en otra, cómo estarían en cinco años si lograran enfocarse en lo que realmente quieren alcanzar. Si logramos hilar fino, es sorprendente lo que ocurre cuando ponemos por escrito lo que queremos evitar (nuestros obstáculos internos) y lo contrastamos con nuestros objetivos.
Las preguntas de esta semana son: ¿Sabemos administrar el tiempo de ocio? ¿qué parte de nuestro tiempo destinamos a hacer lo que realmente queremos hacer y qué parte funcionamos por automatismos o conductas compulsivas? La búsqueda en exceso del placer puede llevarnos a tener problemas con la comida, el alcohol, tabaco u otras drogas, el sexo y la pornografía, el trabajo, la codicia económica, la búsqueda de aceptación, la rumiación, la dependencia emocional, la pereza e incluso perder tiempo valioso en las redes sociales. Pero, ¿en qué medida elegimos hacer estas actividades y en qué medida lo hacemos para evitar o anestesiar —en vez de enfrentar— nuestros problemas?

Advierto que el locutor de este audiolibro tiene una voz calma y la música de fondo también es apacible, así que puede generar somnolencia.

Adjunto a continuación el audiolibro para escuchar en esta misma página, para descargarlo en cualquier dispositivo móvil, el texto original en PDF y la versión original de YouTube que encontré en el canal Grandes Tesoros vive.



Otros libros y audiolibros de Séneca que también merecen ser leídos y escuchados


Sobre la brevedad de la Vida

Este audiolibro de una hora, treinta y un minutos —narrado por Artur Mas— nos plantea que la vida no es corta, en absoluto, especialmente en la medida que somos conscientes de su brevedad (memento mori). El problema radica en que generalmente perdemos nuestro tiempo, y así, lapidamos la posibilidad de vivir mejor. Entre otras cosas, este audiolibro es acerca de cómo administrar nuestro tiempo y es un excelente complemento a Sobre la felicidad.

La vida se hace corta y está llena de ansiedad para aquellos que olvidan el pasado, abandonan el presente y temen al futuro


De la ira

Estos ensayos explican a la perfección la indignación colectiva mal canalizada en la que vivimos este siglo. Para Séneca la ira es producto de la impotencia y la búsqueda absurda de reparar mediante la violencia un daño causado con anterioridad (ley de Talión). Un buen guerrero, alega, no es aquel que utiliza más violencia, sino el que sabe mantener la mente calma y actuar con precisión, la ira, según él, agrava cualquier problema. En tiempos de caza de brujas 2.0 e indignación colectiva en 280 caracteres, Séneca nos recuerda que la indignación de los moralistas nunca ha generado justicia, sino más bien todo lo contrario. En estos libros Séneca nos insta a confiar en nosotros mismos y a no caer en provocaciones:

Quienes sacan conclusiones que se fundamentan en falsas impresiones son, irónicamente, los que resultan más heridos. ¿De verdad crees que su conocimiento holístico acerca de ti es superior al tuyo? No permitas que tus emociones se enciendan ante meras apariencias.

Muy a mi pesar, no he encontrado una buena versión en español de este audiolibro que me convenza, así que adjunto el PDF y un audiolibro en inglés (de cuatro horas, treinta minutos) que me ha acompañado en largas caminatas y me ha gustado bastante.


Cartas a Lucilio

Este compilado epistolar es mi libro preferido de Séneca. El texto no puede ser más sucinto y claro, trata sobre temas como la amistad, el conocimiento, el libre albedrío, la confianza en uno mismo y la vida en sociedad. Estas cartas nos muestran —en un tono de camaradería— un caso excepcional de claridad mental, eso es, considerar que lo mejor es lo suficiente:

Los deseos naturales son limitados, pero los que brotan de la falsa opinión no pueden detenerse en ningún punto.

O, dicho en criollo, no necesitamos gran cosa para ser felices.

 

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Mantenerse Estoico (Parte IV) https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/09/08/mantenerse-estoico-parte-iv/ https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/09/08/mantenerse-estoico-parte-iv/#comments Tue, 08 Sep 2020 22:14:58 +0000 http://diegoduranblog.wpcomstaging.com/?p=2152 Enquiridion, El Manual para la vida o simplemente, El Manual de Epicteto, es probablemente uno de los libros más conocidos de los estoicos y confieso, esta reciente versión narrada por Artur Mas me ha salvado más de una noche de insomnio.

He escrito sobre algunas ideas que aparecen en este libro en Mantenerse Estoico (Parte I) así que no me repetiré. Solo diré que esta sucinta obra, aparte de enseñarnos a controlar la ansiedad anticipatoria discerniendo entre lo que podemos controlar y lo que no, que nuestra felicidad o infelicidad depende de nuestros juicios e interpretaciones, también da pistas de cómo responder a las criticas más crueles con la ironía:

Si alguien te hiciere saber que un individuo habla mal de ti, no te defiendas, ni refutes lo que haya dicho, sino que responde: “Aquel que ha dicho aquello de mí, ignora sin duda mis otros defectos, de lo contrario no habría dicho sólo estos”

(Pág, 15)

Y con inteligencia:

Cuando alguien entonces, te ofenda e irrite, sábelo que no es ese alguien quien te irrita, sino tu opinión. Esfuérzate entonces, ante todo, de no dejarte llevar por tu fantasía; pues, una vez ganes tiempo y alguna dilación, serás más fácilmente amo de ti mismo

Creo que el contenido que se puede sacar en limpio de este manual –de tan solo veintiún páginas– admite perdonar algún que otro sesgo histórico en algunos de sus ejemplos. Me parece que conviene ser un poco compasivo con Epicteto, recordemos que nació en el año 50 D.C y que él mismo fue esclavo antes de ser maestro (todos tenemos sesgos culturales, especialmente los que juran no tenerlos).

El manual de Epícteto es un buen antídoto contra la omnipotencia y nos interpela preguntándonos: ¿en qué medida me angustio y pierdo el tiempo preocupándome por asuntos que no están bajo mi control? ¿Cómo me posiciono frente a la perdida de posesiones, prestigio, relaciones y personas?

Como sea, mis queridos paripatéticos radiofónicos, quizás hoy sea un buen día para ponerse los auriculares y caminar con Epicteto (es viejo, sabio y cojo, así que conviene ir a paso lento para seguirle el ritmo).

Más abajo puedes escuchar el audiolibro desde esta página, descargarlo en MP3, leerlo en PDF o escucharlo directamente desde el canal de YouTube.


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Mantenerse Estoico (Parte III) https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/09/02/mantenerse-estoico-parte-iii/ https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/09/02/mantenerse-estoico-parte-iii/#comments Wed, 02 Sep 2020 10:16:25 +0000 http://diegoduranblog.wpcomstaging.com/?p=2133 Confianza en uno mismo (Self-reliance) (1841) de Ralph Waldo Emerson es de esos audiolibros para escuchar en bucle. Elijo este manifiesto trascendentalista, no-conformista y neo-estoico porque es lucido, osado y sigue un estilo poético de cuchillo afilado, como tiene que ser.

Este ensayo clásico tiene el mérito de insistir en la necesidad de confiar en nuestras intuiciones, pensamientos y sentimientos sin caer en la cursilería. Lo que me gusta de Self-reliance es que tiene puntos originales, me ayuda a reafirmar ideas y va hasta el final en sus argumentos.

La idea general de Self-reliance es que no hace falta leer todos los libros o consultar «oráculos» para llegar a un momento de verdad porque cada persona contiene multitudes. Emerson nota algo interesante —o por lo menos yo nunca lo había pensado así— cuando plantea que generalmente rotulamos como “genios” a aquellas personas que ratifican aquello que previamente pensábamos. En realidad estos conceptos grandilocuentes que tenemos de estos grandes Totems —llámese J. K. Rowling, Mark Zuckerberg, Richard Wagner o el vecino que se levanta a las 6:30 am para salir a correr— no son otra cosa que una proyección o un síntoma refractario que nos muestra hasta qué punto desconfiamos de nuestra propia capacidad. El problema, según Emerson, radica en nuestra obsesión por mirar hacia afuera. Esto nos hace perder de vista qué es lo que sentimos, lo que realmente pensamos y, en definitiva, qué es lo que realmente queremos:

Nuestra vida doméstica es digna de un mendigo; ni siquiera hemos elegido nuestras artes, nuestras actividades, nuestros matrimonios o nuestra religión, sino que la sociedad lo ha hecho en nuestro lugar. Somos soldados de salón. Rehuimos la difícil batalla del destino, que es donde nace la fuerza.

(pág. 29)

De todas formas, el tono de La confianza en uno mismo o Confía en ti mismo (confieso que me dan urticarias estas traducciones) es optimista. Aquí, como también en su vida, Emerson es radical: sí es posible desarrollar nuestro potencial pero, para recoger sus frutos antes es preciso hacer un sacrificio:

Ya no puedo dividirme por vosotros, ni puedo exigiros a vosotros tal cosa. Si podéis amarme por lo que soy, entonces todos seremos felices. Si no podéis, buscaré merecer que lo hagáis. No esconderé mis gustos ni mis aversiones. Confiaré tanto en que todo lo que es profundo es también sagrado que no escatimaré fuerzas en hacer aquello que el corazón me señala y me deleita interiormente. Si eres de carácter noble, te amaré; si no lo eres, ni tú ni yo nos ofenderemos con cumplidos hipócritas. Si eres auténtico de un modo distinto al mío, sé fiel a tus compañeros que yo me buscaré los míos. No hago nada de esto con fines egoístas, sino con humildad y honradez. Pronto llegaréis a amar aquello os que dicta nuestra naturaleza; si seguimos los pasos de la verdad, ella nos rescatará sanos y salvos.


(pág. 27)

La confianza en uno mismo, nos interpela respecto hasta qué punto hacemos lo que queremos y en qué medida estamos condicionados por la mirada ajena (o cómo creemos que nos juzgarán los demás). En este ensayo Emerson interpela nuestra autenticidad preguntándonos: ¿la búsqueda de aceptación se está llevando lo mejor de ti? y, ¿en qué momentos te olvidas de ti mismo?

Adjunto una versión para descargar en MP3, el libro en PDF, la visión original en YouTube y, de yapa, para aquellos que quieran saber más sobre la vida de Emerson, un documental bastante interesante sobre su vida (este último está en inglés).



 

Canal de Youtube: Grandes Tesoros vive
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TFM – Trauma, Disociación e Identidad https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/04/15/tfm-trauma-disociacion-e-identidad/ https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/04/15/tfm-trauma-disociacion-e-identidad/#comments Wed, 15 Apr 2020 19:17:06 +0000 http://diegoduranblog.wpcomstaging.com/?p=1587 Esta tesis que adjunto corresponde a la Maestría en Psicología Analítica Junguiana que realicé en Universidad Católica del Uruguay. Este es el segundo máster que he hecho, el anterior fue en Psicoterapia Analítica Grupal (puedes acceder al material completo aquí).

Comparto con Ustedes una versión reducida del trabajo porque, por motivos obvios, no incluyo aquí el análisis de un caso clínico (si bien he utilizado un pseudónimo y alterado algunos detalles para mantener la confidencialidad).

¿Qué puede aportar este trabajo? En principio tres asuntos:

El primero. La temática giró en un principio respecto al Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), sin embargo, en la medida que fui profundizando sobre este trastorno me fui dando cuenta que las bases nosológicas de este diagnóstico, tal como se encuentra en el DSM-5, no parecen estar bien construidas, por varios motivos (enumero los tres que me parecen más relevantes):

a) Es posible diagnosticar a dos personas con TLP sin que tengan ningún síntoma en común.

b) A nivel de investigación, no resulta controversial asegurar que el TLP está ligado íntimamente con el trauma. Sin embargo, en lugar de clasificar al TLP dentro de los trastornos producidos por trauma o estresores, se encuentra dentro de los trastornos de personalidad (como si la variable trauma pudiera ocurrir o no en el TLP).

c) La altísima comorbilidad del TLP con los Trastornos Disociativos y los Trastornos de Estrés Post-traumáticos (especialmente con el Trastorno de Estrés Post Traumático Complejo) es tan grande que hacer un diagnótico diferencial objetivo resulta, en la enorme mayoría de los casos, directamente imposible a nivel práctico.

Lo importante, en relación al tratamiento, es entender que existen criterios transversales relacionados con el trauma, la disociación y la identidad que son centrales para entender y tratar este tipo de patologías. Personalmente entiendo que abordar estas tres variables a nivel psicoterapéutico es más importante que discutir el diagnóstico diferencial (problema que entiendo irresoluble si nos basamos exclusivamente en los criterios diagnósticos del DSM-5). Respecto a este punto recomiendo leer a Allsopp y la Teoría de la Disociación Estructural de la Personalidad de Van der Hart. Creo que es importante revindicar que a nivel de diagnóstico y de tratamiento, investigadores independientes y universidades de todas partes del mundo que han logrado hacer avances oportunos, serios y significativos que están por fuera de la corriente principal de la APA (no cabe duda que esta institución es una referencia fundamental, pero también es cierto que parece moverse de forma lenta respecto a los cambios sociales, estar sobrevalorada en el ambiente de psicólogos y psiquiatras, somado a una lista histórica de graves errores metodológicos y éticos).

El segundo. En la tesis que comparto el día de hoy, también planteo cómo Jung ha sido un precursor de la teoría de la disociación y cómo los avances actuales ratifican afirmaciones que expresó hace casi un siglo con bastante precisión y claridad.

El tercero. El énfasis de la tesis está puesto en la disociación victima-agresor y cómo este conflicto interno repercute en las relaciones interpersonales y la identidad de las personas que sufren trastornos disociativos. La tesis fundamental de este trabajo sostiene la necesidad de fortalecer la Función Trascendente para permitir simbolizar estos contenidos y evitar así la compulsión de repetición.

Por mi parte, no tengo pensando continuar haciendo maestrías o empezar un doctorado por el momento. Después de quizás demasiado tiempo formando parte de la comunidad académica —tanto como estudiante como profesor— mi nivel de preocupación respecto a los planes académicos universitarios ha ido en aumento, posiblemente después del impacto que ha tenido el Plan Bolonia (no sólo en Europa, sino también en el resto de occidente), que ha tenido como objetivo fomentar la especificidad del conocimiento en detrimento de una formación integral. Esto me resulta especialmente preocupante en Psicología. El limite del absurdo llega a la lucha interna entre las distintas corrientes, en lugar de favorecer la cooperación intra y extra disiplinar. Como quizás puedan intuir, este tema da para largo y claramente no es el momento de tratarlo. Ya escribiré sobre este asunto a su debido tiempo, porque está claro que ahora el horno no está para bollos…

Como siempre, aliento a que otros colegas compartan este tipo de trabajos en la web. Puede ser un aporte modesto, pero entiendo que la suma de contenidos ayuda a democratizar el conocimiento. Sé que el texto que adjunto es técnico, pero espero que profesionales de mi área y personas interesadas en psicología en general puedan sacar algún provecho. Sin más cháchara, aquí queda:

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Neuroticismo (Parte III) https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/03/12/neuroticismo-parte-iii/ https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/03/12/neuroticismo-parte-iii/#comments Thu, 12 Mar 2020 16:53:49 +0000 http://diegoduranblog.wpcomstaging.com/?p=1288

Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca han sucedido

Mark Twain

Si bien no hago psicoterapia cognitivo-conductual muchos de los aportes de Albert Ellis forman parte de mi forma de hacer psicoterapia. También es cierto que me resulta inevitable empatizar con su personalidad pragmática y lúdica. Este post, entre otros asuntos, es acerca de cómo usar el sentido del humor para hacernos la vida un poco más fácil y quizás disfrutable. Dicho esto, voy directo al grano.

Ellis desde hace más de medio siglo se ha ganado su lugar en el paseo de la fama de la psicología: Premio Humanist Association (1971), Premio ACA Professional Development (1988), Premio APA (2013) por contribuciones sobresalientes, entre una larga lista de títulos honoríficos y más de cien artículos publicados. Pero lo que más me gusta de su larga trayectoria es que empezó, sin darse cuenta, su carrera como terapeuta cognitivo-comportamental a la tierna edad de diecinueve años. En plena edad del pavo el imberbe Albert decidió afrontar su inhabilidad para entablar una conversación con el sexo opuesto mediante lo que —se enteraría mas tarde— se llama exposición in vivo. Y no dejó títere con cabeza. Estaba determinado a abordar a todas las féminas que se le cruzaran por el camino, su única estrategia consistía en concederse a sí mismo hasta cinco segundos para hacerlo (sabía que de otra forma inventaría una excusa para evitar un posible desastre). El resultado: terminó entablando conversación con más de doscientas mujeres en dos semanas. La evaluación final de esta terapia de choque no parece, en un principio, alentadora. De las doscientas mujeres con las que inició una conversación, sólo una (¡1!) aceptó salir con él (y la verdad sea dicha, la mujer no apareció en la cita). Este dato es anecdótico, porque lo realmente importante no es el resultado, sino que en el proceso venció su fobia social con creces (Ellis, 1998).

Albert Ellis (1913-2007) terapeuta cognitivo-conductual creador de la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC). También escribió extensamente sobre asuntos relacionados con sexualidad, política, religión y filosofía.

El problema de la ansiedad está en la MUSTurbación

Como suelo decir: La masturbación es buena y es un deleite, la MUSTurbation es diabólica y perniciosa.

Albert Ellis – Entrevista en Youtube

Muchos años mas tarde Ellis comprendió que la raíz de la ansiedad está en los must (en la tiranía del «debo») y, con cierta socarronería, planteó que lo que nos genera ansiedad es en lo que denominó «MUSTurbation». La MUSTurbation se trata de la idea irracional que la persona debe o necesita obtener lo que desea y en caso que no ocurra, se llega a la conclusión inamovible que no solo ha fracasado, sino que se es (intrincadamente) un fracaso. La ansiedad, para Ellis, responde a las demandas autoimpuestas y a la visión catastrofista en caso que las cosas no sucedan como «necesitamos» (¡por el amor de Dios!) que ocurran. El debo (o must) no permite medias tintas, «si lo hago bien, tengo valor y voy a ser querido; sino no sale tal como quiero, no valgo nada y nadie me va querer».

Planteo tres encantadores ejemplos de cómo podemos hacernos la vida imposible: «debo hablar bien en público, si no lo logro la gente se burlará de mí, perderé el respeto que me tienen y/o pensarán que soy un completo imbécil», «debo asistir a quien lo necesite, si me rehuso es porque soy una mala persona», «no debo pedir ayuda, si la pido, me demuestro a mi mismo y los demás que soy débil e indigno».

Todos los neuróticos tenemos ideas irracionales percolando nuestra forma de percibir el mundo. La manera en que nos hablamos y pensamos a nosotros mismos es fundamental para reducir el nivel de neuroticismo, por este motivo, Ellis siguiere pensar las situaciones adversas en los siguientes términos:

«Por supuesto que preferiría hacer una buena presentación y generar una excelente impresión en la audiencia, pero si no resulta tal como me gustaría no significa que hice el ridículo», «preferiría ser de utilidad para quien lo necesite, pero no ayudar a alguien en una ocasión no me convierte en una mala persona», «preferiría no pedir ayuda, pero si lo hago no significa que sea incapaz de valerme por mi mismo». «Es verdad, odio perder. Pero incluso si pierdo, mi vida seguirá como siempre».

Cuando los «debo» invaden la consciencia como los barcos en Normandía, la presión que nos ponemos a nosotros mismos es inmensa. Otro ejemplo gráfico y también paradójico es la disfunción eréctil (Ellis, 2008). La presión masculina por tener una buena performance sexual (lo que sea que esto signifique) es inversamente proporcional al resultado. Cuanto más presión, menos disfrute y por tanto, menos posibilidad de «mantener la nave a flote» (la misma lógica puede aplicarse a las mujeres, pero claro, tendríamos que cambiar de metáfora).

Es importante tener en cuenta que los deseos son preferencias, no imposiciones o mandamientos escritos en piedra.

La dictadura de los «debo» no solo puede recaer sobre nosotros mismos, sino también en la visión que le imponemos a los demás. La idea irracional podría plantearse, según Ellis (2007), en los siguientes términos: «Las personas que tengo a mi alrededor deben comportarse, en casi cualquier circunstancia concebible, de forma considerada y justa. Si esto no ocurre, es porque no valen la pena, son mezquinas y merecen ser severamente castigadas por haber actuado de forma tan abominable». (Por lo general los cognitivos-conductuales no usan la palabra «inconsciente», pero está claro que estas creencias, o formas de pensar, no son conscientes).

El abuelo Albert nos recuerda que no tener lo que queremos no es un «horror», es un inconveniente. Nos puede dar rabia, podemos sentirnos tristes, perdidos, frustrados, pero incluso esto es soportable. Generalmente somos más resilientes de lo que pensamos, ¿cuántos «fracasos» han tenido tus referentes antes de convertirse en lo que son o llegaron a ser? ¿Serían lo que llegaron a ser si no hubieran logrado sobreponerse a sus limitaciones?

Ellis le decía a sus pacientes: «Inténtalo. Si mueres en el intento, lo cual no va a ocurrir, yo me encargo personalmente de pagarte un costoso funeral, incluyendo los adornos florales que tu quieras». Si algo es horrible o no, no depende de la situación per se sino de la interpretación que hacemos de ese evento. Este concepto, como tantos otros en psicología, forma parte de un robo fragante cordial préstamo que proviene de la filosofía.

Esta frase forma parte de El manual de Epícteto (adjunto el texto en versión PDF) Por más información sobre cómo la filosofía estoica nos puede ayudar a mejorar nuestra calidad de vida, dejo aquí un par de publicaciones que hice el año pasado. Seguiré escribiendo sobre este asunto.

¿Por qué tan serio?

Volviendo al miedo a hablar en público, los errores pueden ser capitalizados a nuestro favor, tanto así que la audiencia puede llegar a dudar si se trató de un error o de una ocurrencia premeditada (Ellis, 1998). Con un poco de sentido del humor nos podemos hacer la vida un poco más fácil. Habemus aquí una lista de sugerencias del mismísimo Ellis para superar la vergüenza mediante lo que el llamó «Shame Attack» (Ataque a la Verguenza):

  • Buscar por la calle a alguna mujer o hombre (dependiendo de las preferencias del lector) joven y atractiva/o y preguntarle si necesita ayuda para cruzar la calle.
  • Salir de tu casa usando un calcetín blanco y otro rojo.
  • Ponerse la ropa interior por encima del pantalón.
  • Vociferar en la vía pública frases inconexas en francés (especialmente si no sabes francés).

Ellis incluso ayudaba a sus pacientes a lidiar con sus miedos e ideas irracionales a través de canciones humorísticas. La verdad sea dicha, la similitud entre los dotes vocales de Ellis y mi tío después de varios whiscolas cantando en el casamiento de mi prima me resulta notable, pero esto no parecía importarle en absoluto (más bien todo lo contrario). Sin ir más lejos, aquí lo pueden escucharlo entonando una versión —ligeramente modificada— de El Danubio Azúl de Johann Strauss:

Es difícil hacer una traducción fidedigna porque la canción tiene juegos de palabras, pero sería algo así: ♫Cuando estoy triste, triste, ¡triste! Me siento, me siento un estofado, un estofado, un estofado. Me juzgo terriblemente espantoso. La vida es tan dura y aterradora. Cuando mi tristeza se verifica, me siento doblemente aterrado. ¡Porque nunca me rehusaré a sentirme triste por estar triste!♫

¿Cómo sobrevivir a las malas críticas?

Hemos planteado un escenario en el cual los «debo» paralizan a una persona, comentamos como nosotros también tendemos a juzgar como los otros deberían comportarse, ¿pero qué pasa cuando somos nosotros los juzgados?

Para Ellis, la lógica es exactamente la misma. De forma bienintencionada o insidiosa, las personas hacemos uso (o abuso) de nuestra libertad de expresión. El problema está en que muchas veces no sólo tenemos que lidiar con la neurosis propia (ya bastante tiene uno…), sino que además tenemos que tratar con la de los demás. El problema para Ellis, de nuevo, no está en la crítica despiadada (que él también sufrió) sino en la forma en que interpelamos esa crítica. En otras palabras, lo peor de la crítica jamás ha estado afuera, sino en la forma en que resuena en nosotros. Generalmente los comentarios más ofensivos son los que confirman ideas que previamente teníamos de nosotros mismos respecto a que no somos suficientemente buenos haciendo algo o que carecemos de valor como persona.

Personalmente asumo que a la gente le puede parecer genial, odiar o ser indiferente a nuestro trabajo. Cuando nos exponemos, es esperable que ocurran las tres posibilidades. Si centramos la atención exclusivamente en los haters (odiadores), seremos carne de cañón. En los impávidos, pensaremos que no ha servido para nada nuestro esfuerzo. Si nos aplauden como focas, viviremos en una burbuja autocomplaciente. La clave, creo yo, está en considerar, a) qué podemos tomar de cada crítica y qué conviene desechar y b) en la importancia que le damos a la mirada del otro. En definitiva, cuanto más nos acercamos a la esfera pública más nos arriesgamos a que cualquiera interprete lo que quiera interpretar. Sobre esto no tenemos control, pero lo cierto es que cuanto más seguros estamos que los comentarios de los demás no nos definen, más fácil resulta pilotear la situación. Uno siempre puede intentar impostar su personalidad para adaptarse al medio, pero de todas formas lo más probable es que seamos siendo criticados de todas formas (especialmente por quienes perciban nuestra tentativa de engaño). Así que solo puedo concluir (conmigo mismo): «haz lo que tengas que hacer, si las cosas no salen tal como te gustaría (eso es, casi siempre), por lo menos no cargarás con el peso de no haber sido honesto» o, como cantaba un inglés en Nueva York, «sé tú mismo, sin importar lo que digan».

En momentos de dudas y tribulaciones respecto a juicios «ajenos» (propios) siempre recuerdo este fragmento de una entrevista a Ellis:

Periodista: Usted escribió «Soy uno de los mejores y más queridos psicólogos de Estados Unidos, pero también soy probablemente el más odiado». ¿Qué quiere decir con esto? Ellis: Quiero decir que soy querido porque veo a muchas personas, escribo muchos libros y artículos que han ayudado literalmente a millones de personas, así que algunos me quieren. Pero por otro lado, tengo miradas poco convencionales y a veces digo «mierda», «joder» y cosas por el estilo. Así que algunas personas muy convencionales me odian.

Me interesó en esta publicación dar una idea general de la teoría de Ellis. Varios asuntos interesantes de a su forma de hacer psicoterapia se me han escapado como arena entre los dedos (el tema apócrifo más conspicuo es el modelo ABCDE). En el próximo post —que ya está al salir— cumpliré con lo prometido y escribiré sobre la filosofía de Ellis y algunos puntos en común con la de Arthur Schopenhauer.

Bibliografía

Ellis, A., & Tafrate, R. C. (1998). How to control your anger before it controls you. Citadel Press.

Ellis, A. (2019). How to Stubbornly Refuse to Make Yourself Miserable: About Anything-Yes, Anything!. Hachette UK.

Ellis, A. (2008). Sex without guilt in the 21st century. Recording for the Blind & Dyslexic.

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Neuroticismo (Parte II) https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/03/04/neuroticismo-parte-ii/ https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2020/03/04/neuroticismo-parte-ii/#comments Wed, 04 Mar 2020 00:39:22 +0000 http://diegoduranblog.wpcomstaging.com/?p=1259 En el post anterior escribí acerca del Neuroticimo y el Modelo de los cinco factores. En esta ocasión explicaré como la teoría de los Mindsets de Carol Dweck (2017) nos puede ayudar a reducir la ansiedad y obtener mejores resultados. También intento con esta publicación argumentar porque pensarnos a nosotros mismos como «tontos» o «inteligentes» son formas eficaces de hacernos la vida imposible.

Mentalidad de Crecimiento vs. Mentalidad Fija

En pocas palabras, la mentalidad o los Mindsets se refieren a los sistemas de creencias que determinan la visión que tenemos de nosotros mismos y del mundo en general.

La mentalidad fija parte de la base que la inteligencia o la capacidad de aprendizaje está determinada por la lotería genética. Por tanto (desde esta cosmovisión) es necesario, para evitar acumular frustraciones, no arriesgarse o asumir que uno mismo es incapaz. Cuando se funciona con un tipo de mentalidad fija se considera que uno no es suficientemente bueno en algo y por consiguiente la mejor opción es evitar cualquier reto. Las críticas constructivas son vividas como fracasos que comprometen la identidad. Se trata en definitiva de un estilo cognitivo derrotista que no permite integrar nuevos conocimientos y experiencias. Este mindset se sostiene bajo las premisas autovalidantes de «eso es algo que pueden hacer otras personas, pero no yo», «no vale la pena insistir», «debo aceptar mis limitaciones», «soy torpe, no importa cuanto lo intente, nunca me saldrá bien», «no fracasaré y no podré ser juzgado si no lo intento», entre otros solipsismos que instauran la idea de no ser apto y reducen el interés por aprender.

Al contrario de la mentalidad fija, la mentalidad de crecimiento no se sustenta en la idea fatalista que la inteligencia es un a priori irremediable. Por el contrario, sostiene que hasta cierto punto con una buena estrategia, tiempo y esfuerzo somos capaces de mejorar en cualquier área de nuestra vida. La mentalidad de crecimiento nos hace pensar que siempre estamos aprendiendo y que las dificultades son nuevas oportunidades para superar nuestras limitaciones. Desde el growing mindset pensamos que, «mis esfuerzos y actitudes determinan mis habilidades», «me gusta probar y conocer nuevas cosas», «puedo aprender a hacer lo que quiera», «las criticas de los demás me pueden servir para considerar nuevas opciones».

Las investigaciones de Carol Dweck ó ¿Por qué miro al cielo cada vez que algún padre me dice que su hijo es «superdotado»?

En primer lugar, la verdad incómoda es que los padres generalmente piensan que sus hijos son más listos de lo que en realidad son (espero una turba-furibunda de progenitores-enardecidos con este comentario). Es un error a nivel objetivo, pero es frecuente, natural y hasta cierto punto deseable que los padres alimenten el narcisismo de sus hijos (y el propio) mediante esta creencia.

Segundo, el concepto de Coeficiente Intelectual (CI) tiene una historia larga, por momentos bastante sórdida. Las controversias que recaen sobre los tests de inteligencia actuales tienen que ver generalmente con el sesgo de publicación y el incorrecto uso estadístico de los instrumentos de medición. Los test de CI miden en su mayoría razonamiento, memoria a corto plazo y expresión verbal, pero no puede probarse de forma concluyente que exista un valor general («Factor G») capaz de aunar estas capacidades (Hampshire, 2012). La evaluación de la habilidad cognitiva no la da un test, en todo caso un especialista capaz de considerar las variables especificas del evaluado. Tampoco tiene sentido (a nivel metodológico) concluir, «Claudia es altamente inteligente», sería más prudente afirmar: «Claudia muestra un desempeño en el razonamiento analítico y matemático que se encuentra muy por encima del desarrollo esperado para su edad». (Si este tema interesa, por favor házmelo saber, porque da para largo).

Tercero, la forma de entender la inteligencia es muchas veces paradójica. Decirle a un niño que es inteligente puede ser una manzana envenenada porque cuando se le repite hasta el hartazgo que es inteligente, tiene más para perder cuando fracasa.

Carol Dweck (2017) hizo una investigación con niños de quinto año dividiendo al grupo en dos. Al primero les dio varios puzzles que iban in crescendo en dificultad y se los recompensaba diciendo que eran inteligentes una vez que terminaban la tarea. Al otro grupo se les reconocía el esfuerzo durante el armado de los rompecabezas. El resultado final fue el siguiente: Respecto al primer grupo (de niños «inteligentes»), Dweck (2017) notó que en la medida que avanzaba la dificultad, disminuía la motivación y los niños preferían volver a hacer los puzzles que ya habían terminado. El segundo grupo al terminar, estaba más interesado en aprender a resolver los rompecabezas que no pudieron terminar y el interés aumentaba en la medida que el reto se hacía más arduo.

 
En este estudio con alumnos de séptimo grado, la creencia de los alumnos respecto a que la inteligencia es maleable (teoría incremental) predijo una trayectoria ascendente durante los dos años que duró la investigación.

Evidentemente, ¿a quién le gusta que le dejen de decir que es inteligente?, ¿y a quién no le gusta que lo motiven a afrontar retos?

El problema de los niños «superdotados» está en que «ser inteligente» muchas veces forma parte de su identidad, ¿pero qué pasa cuando no alcanza sus propias expectativas o las de sus padres?, ¿qué pasa cuando en vez de sacar en una evaluación el 100% obtienen un 95-80%? Es más probable que una calificación no-excelente comprometa su autopercepción, «¿si la evaluación no muestra que soy brillante, entonces qué soy?, ¿tonto?».

Son numerosas las investigaciones que refutan la idea que la inteligencia se mantiene inmutable, por el contrario, puede aumentar siempre y cuando confiemos en nuestra capacidad para sobreponernos a las dificultades y nos interese seguir aprendiendo (Good, Aronson & Inzlicht, 2002; Hong et al., 1999; Robins & Pals, 2002; Stipek & Gralinski, 1996). Las teorías de la inteligencia como un constructo maleable se llaman «teorías de la inteligencia incremental». Por supuesto, no todo es relativo. Que la inteligencia sea maleable no significa que todos tengamos el mismo potencial o que aprendamos con la misma facilidad, el punto de estas investigaciones es mostrar que existe la posibilidad de seguir desarrollando (o reduciendo) nuestra capacidad intelectual a lo largo de toda la vida.

Comentarios (orwellianos) finales

Actuar de forma moralmente reprobable, por ejemplo, en un momento determinado no a convierte nadie en una persona ruin, como tampoco deberíamos ser canonizados por ayudar a cruzar la calle a un ciego o nonagenario. Es fácil caer en la idea irracional de que una evaluación determina quienes somos (o quién es el otro). En palabras de Jung, «pensar es difícil, por eso la mayoría de las personas juzga». Las secuelas de haber sido etiquetados como «inteligentes» o «tontos» son heridas latentes que muchos adultos todavía cargan sobre sus hombros.

Por este motivo, más que en alimentar el autoestima diciéndonos a nosotros mismos o los demás que somos «inteligentes», conviene incentivar el esfuerzo y la perseverancia. La clave está en los procesos, no en el resultado final. Es más útil plantar entonces, «todavía no has alcanzado el resultado, si te esfuerzas podrás hacerlo mejor» que «has reprobado» (Dweck, 2017).

El problema de fondo detrás de un alto nivel de neuroticismo está en la forma global (y frecuentemente lapidaria) en que nos evaluamos y hacemos juicios de valor. Es más realista y útil monitoriar nuestro desempeño de manera especifica y transitoria.

La forma en que nos pensamos a nosotros mismos comienza a colisionar con nuestros deseos en los primeros años de vida con la socialización, con los mensajes de lo que está «bien» y lo que está «mal» y con el juicio que hicieron de nosotros. Este dispositivo de control que nos lleva a categorizarnos a nosotros mismos en términos de adecuados o inadecuados («deficiente», «bueno», «sobresaliente»), nos sigue afectando en la vida adulta:

La consigna de todos los despotismos era: «No harás esto o lo otro». La voz de mando de los totalitarios era: «Harás esto o aquello». Nuestra orden es: «Eres».

George Orwell – 1984.

Lo más probable es que la imagen que tenemos de nosotros mismos no sea un reflejo fidedigno. Tampoco creo, como sostuvo Sartre, que «somos lo que hacemos con lo que hacen de nosotros». En todo caso asumo, como Heráclito, que lo único permanente es el cambio, o en palabras de Monsieur Foucault (2017), «no me pregunten quién soy ni me pidan que siga siendo el mismo».

En el próximo post seguiré escribiendo acerca de la forma en que nos hablamos a nosotros mismos desde la perspectiva del jocoso psicólogo cognitivo Albert Ellis y del pesimista filósofo alemán Arthur Schopenhauer. (Qué dupla).

Biografía

Blackwell, L. S., Trzesniewski, K. H., & Dweck, C. S. (2007). Implicit theories of intelligence predict achievement across an adolescent transition: A longitudinal study and an intervention. Child development78(1), 246-263.

Dweck, C. (2017). Mindset-updated edition: Changing the way you think to fulfil your potential. Hachette UK.

Foucault, M. (1997). La arqueología del saber. Siglo xxi.

Good, C., Aronson, J., & Inzlicht, M. (2003). Improving adolescents’ standardized test performance: An intervention to reduce the effects of stereotype threat. Journal of Applied Developmental Psychology24(6), 645-662.

Hampshire, A., Highfield, R. R., Parkin, B. L., & Owen, A. M. (2012). Fractionating human intelligence. Neuron76(6), 1225-1237.

Hong, Y. Y., Chiu, C. Y., Dweck, C. S., Lin, D., & Wan, W.
(1999). Implicit theories, attributions, and coping: A
meaning system approach. Journal of Personality and Social Psychology, 77, 588 – 599.

Robins, R. W., & Pals, J. L. (2002). Implicit self-theories in
the academic domain: Implications for goal orientation,
attributions, affect, and self-esteem change. Self and
Identity, 1, 313 – 336.

Orwell, G. (2009). Mil novecientos ochenta y cuatro . La biblioteca de todos.

Stipek, D., & Gralinski, J. H. (1996). Children’s beliefs about
intelligence and school performance. Journal of Educational Psychology, 88, 397 – 407.

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Mecanismos de supervivencia al trauma y dinámica víctima-agresor (Parte II) https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2019/08/17/relaciones-toxicas-y-dinamica-victima-agresor-parte-ii/ https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2019/08/17/relaciones-toxicas-y-dinamica-victima-agresor-parte-ii/#comments Sat, 17 Aug 2019 03:37:10 +0000 http://diegoduranblog.wpcomstaging.com/?p=960 En el post anterior nos adentramos en la idea de que la dinámica víctima-agresor es producto de un trauma internalizado que afecta la identidad. En la medida que el trauma —por naturaleza anacrónico— no se hace consciente tenderá a repetirse a nivel interno y relacional. La pregunta, ahora evidente, es ¿cómo superar un trauma?

No me propongo contestar a semejante pregunta en un post, pero sí me interesa proponer algunas ideas. Ruppert (2018) plantea algunas estrategias que no funcionan y otras que sí podrían funcionar. Aquí presentaré en las que sí estoy de acuerdo, me ahorraré las que no y agregaré algunas más que veo frecuentemente en consulta.

Estrategias que sabemos que no funcionan:

El perdón no funciona. Los círculos patológicos relacionales tienden a mantenerse después de una reconciliación. Es esperable que en una relación adictiva ocurran incontables “rupturas” y “reconciliaciones” que intentan parchar heridas profundas. Generalmente, lo perdoné no significa otra cosa que haré de cuenta, por un rato, que esto no ocurrió. Solo hay que sentarse a esperar que una “nueva” situación despierte viejos resentimientos. Aún así creo que es posible alcanzar un perdón verdadero, pero este es siempre un efecto secundario del trabajo con el trauma, no sirve como estrategia directa para superarlo.

La venganza no funciona. Por el contrario, es una forma de alimentar este funcionamiento. La retaliación no ofrece una salida para superar el trauma, este supuesto cambio de posición agrava y cronifica aún más la dinámica víctima-agresor.

La reproducción artística del trauma no funciona. Está muy extendida la idea que a través del “arte” se puede superar traumas. Revivir un trauma produce ansiedad, muchas veces angustia, la reproducción fiel de una escena traumática no permite canalizar estos sentimientos de forma constructiva, es más bien una forma de regodearse en las miserias propias o ajenas. El sentido de las manifestaciones artísticas por lo menos a nivel terapéutico es crear algo nuevo, no repetir de forma compulsiva el sufrimiento sobradamente conocido. El arte sólo puede ayudar a trabajar un trauma si sigue la intuición de que existe una alternativa al drama interno y permite darle forma a un recurso psíquico que todavía no llega a ser vislumbrado con claridad.

La racionalización no funciona. Quien sufre una herida psíquica puede jugar con la idea que goza de un nivel de salud mental superior al que realmente tiene, asegurando por vía intelectual que entiende completamente su problema, negando así su sufrimiento. Refugiarse en explicaciones racionales como “el agresor también ha sufrido mucho”, «eso pasó hace mil años», «no me gusta hablar de cosas feas porque me hace mal» no ayuda a elaborar un trauma. Por este motivo, bendito psicoanálisis, no alcanza con explicar los porqués ni los paraqués, es necesario también contactar con la emoción. El aislamiento emocional por medio a la racionalización es una secuela directa del trauma, por tanto, no sirve para desmantelar su funcionamiento.

Estrategias que sí pueden funcionar:

Localizar el problema. Es importante identificar la dinámica víctima-agresor en uno mismo y en los demás, así como también las estrategias de supervivencia que todavía se mantienen. Para esto, es importante distinguir entre lo urgente y lo importante o, en términos de la Gestalt, entre figura y fondo. En castellano, es necesario diferenciar los problemas actuales —que parecen acuciantes o urgentes— de lo importante, es decir, del trauma que lleva a repetir este tipo de funcionamiento. Localizar un problema reduce la ansiedad porque lo circunscribe, le da un marco que lo hace manejable.

Localizar el problema es también importante para saber cuáles son las promesas, miedos o deseos que hacen que quien está en la posición de víctima muerda el anzuelo. Estos talones de Aquiles generalmente se enmarcan en el miedo a perder una oportunidad o status, miedo al abandono, a un posible daño emocional o perdida de placer.

Comunicación. Si algo puede ser comunicado en detalle, si podemos darle forma a aquello que nos ocurre, entonces el problema se reduce, si es que directamente no deja de existir. La psicopatología puede ser definida como un problema en la comunicación, existe algo que molesta que no tenemos del todo claro qué es y no podemos comunicarlo. Algunas personas que han sufrido un trauma cargan ese sufrimiento en silencio —ya sea por miedo, vergüenza o porque no logran localizarlo—, esto aumenta el malestar. Es importante Vivir para contarlo (o, contarlo para vivir) en un ambiente sano y compasivo donde sea posible expresarse con libertad, evitando juicios de valor. Si a esto le sumamos un terapeuta capaz de traducir este discurso para co-crear una imagen más clara del trauma del paciente, las mejoras no deberían tardar en llegar.

Las películas e historias de terror tienen una función estructurante, nos dan pistas de cómo afrontar un trauma. En El Resplandor, por ejemplo, Stanley Kubrick genera un valle inquietante que nos hace sentir que algo no va bien y no es hasta pasada la mitad de la película que localizamos a la amenaza. En la novela de Stephen King, Eso (It), un grupo de amigos que cargan con un trauma infantil en común se ven obligados, después de veintisiete años, a reunirse y comunicarse —de ahí que la palabra “comunicación” y “comuna” tengan la misma raíz— para darle forma y neutralizar a un viejo adversario en común. Necesitamos comunicar y compartir el sufrimiento, cuando una persona se aísla durante mucho tiempo encapsula el trauma. De ahí que sepamos que de antemano que al personaje que dice “vamos a separarnos” en una película de horror le espera una muerte sangrienta e inminente (aumentan las probabilidades un 92% si es afrodescendiente, latino o la talla de sujetador es XL). La lección de las narrativas de horror es contundente: Podemos prender fuego, disparar, acuchillar, decapitar, bañar en ácido sulfúrico, tirar granadas o bombas molotov, pero las secuelas no tardarán en aparecer. Sólo es posible reducir un trauma si se hace consciente, es decir, si se localiza, si se puede poner en palabras y si se conoce su historia. Los cuentos de terror también nos enseña a tener coraje y a elegir cuidadosamente a nuestros amigos. Me parece curioso que en Mientras escribo, Stephen King (2012) reconoce que las torturas que sufrió por parte de su niñera han sido, hasta ahora, una gran inspiración para escribir novelas y relatos oscuros.

Contar con una buena «teoría del mal«. Los adultos necesitamos para proteger y protegernos una buena teoría que nos permita entender, identificar y alejar amenazas potenciales. Jordan Peterson (2018), hace una pregunta incómoda que me resulta interesante: «¿cómo elige un pedófilo a sus víctimas?». Evidentemente, selecciona al niño más débil, temeroso y retraído, ese es el perfil que le interesa. Difícilmente busque a un niño que tenga una buena capacidad de comunicación y sea asertivo. Por esta razón no es una buena idea incentivar que los niños tengan miedo a los extraños. Primero, porque el miedo puede paralizar y no permitirle hacer frente a la situación y segundo, es más probable que sienta vergüenza o tema el castigo de sus padres por haber desobedecido. Es una mejor estrategia hablarles acerca de estos posibles acercamientos, validar e incentivar su asertividad y asegurar que en caso de que ocurra, es mejor contarlo rápido, pero si no están prontos pueden decirlo en cualquier momento y que siempre se los va a apoyar. (Lo mismo ocurre con prohibir el uso de la fuerza, en algunos casos es sano y necesario defenderse físicamente).

Un buen manual de perversiones nos lo puede dar el Marqués de Sade o el psicoanálisis (Tizón, 2015). Como hemos visto, el perverso seduce y/o coacciona generando dependencia y luego abandona o utilizan ese estado de indefensión para invadir el espacio mental y/o físico del otro.

Otra teoría interesante es La banalidad del mal de Hannah Arendt (1999). Arendt era una filósofa y teórica política judía que siguió el juicio de Adolf Eichmann, un teniente coronel de la SS que se encargó de transportar a millones de personas a campos de concentración. Arendt asistió en Jerusalén al juicio de Eichmann y notó que, contra todo pronóstico, no había un sentimiento antisemita en su discurso. Hasta sus últimas palabras antes de ser condenado a muerte en Israel justificó sus acciones porque, según él, se «limitó a seguir órdenes» de su legislador (Hitler).

No perseguí a los judíos con avidez ni placer. Fue el Gobierno quien lo hizo. La persecución, por otra parte, solo podía decidirla un Gobierno, pero en ningún caso yo. Acuso a los gobernantes de haber abusado de mi obediencia. En aquella época era exigida la obediencia, tal como lo fue más tarde la de los subalternos (Eichmann en Fernando Lizama-Murphy, 2017).

Esta teoría plantea que un agresor, un genocida incluso, se define —a lo Poncio Pilatos— también por la falta de empatía y capacidad crítica, y no necesariamente por un alto grado de sadismo.

Más aún, si decidimos trabajar un trauma hasta el final, es necesario ponerse en la piel del agresor. Se hace preciso sentir lo que él siente, pensar como él piensa y llegar al punto de tener la posibilidad de utilizar esa misma hostilidad en defensa propia. La diferencia está en que la violencia que ejerce un agresor no es deliberada, es desproporcionada, inoportuna y carece de justificación racional (porque es esencialmente inconsciente, como hemos visto, se basa en la repetición compulsiva de un trauma). Si esa violencia se hace consciente y se canaliza oportunamente, deja de ser violencia y pasa a ser agresividad. La agresividad es el motor del cambio que puede llevar a terminar una relación, hacer una denuncia o defenderse físicamente si la oacación lo requiere. Los junguianos llamamos a este proceso integración de la Sombra. Por esta razón, en algunos casos, puede ser útil el uso de juego de roles o la técnica de la silla vacía.

El tiempo no lo cura todo. He visto a personas de sesenta y setenta años llorar desconsoladamente al recordar episodios traumáticos de sus primeros años de vida. Si un trauma no se hace consciente y se expresa, es más probable que tienda a agravarse. El tiempo en sí mismo no sana, pero ayuda a sanar. Una metáfora muy extendida entre psicólogos es la de ver el trauma como una lata de refresco que ha sufrido fuertes golpes, es necesario abrirla lentamente. En otras palabras, es importante ser cautos para no re-escenificar un trauma que no pueda ser elaborado a posteriori. El primer objetivo al momento de trabajar un trauma es mejorar la calidad de vida del paciente, si esto supone no trabajar un trauma en absoluto porque la carga emocional es excesiva, es mejor evitarlo. Quizás no sea el momento, no tiene porqué serlo. Es una práctica iatrogénica pedirle a alguien que reviva un trauma si no se siente preparado para hacerlo.

El tiempo que se vive fuera una relación traumatizante es tiempo ganado. El factor tiempo —siempre y cuando sea posible trabajar progresivamente el trauma— es crucial para gestionar mejor las emociones, aclarar las ideas y generar narrativas más completas y realistas.

Respecto a la pregunta inicial —¿cómo superar un trauma?— seré honesto, creo que un trauma no se supera. Es más, realmente estoy convencido que nadie supera nada.

Cuando nos sentimos faltos de energía y nos «bajan las defensas», reaparecen viejos fantasmas y con ellos, antiguas estrategias de supervivencia. Lo que sí es factible es que con trabajo + tiempo, la fuerza emocional del trauma disminuya y sus síntomas se hagan menos frecuentes, más manejables, los recuerdos negativos comiencen a mermar, resulte más fácil expresar con claridad y seguridad los deseos y sentimientos propios. En suma, es posible, si se hace un trabajo comprometido y sistemático, aprender a vivir con una herida incurable y ganar control sobre nuestras vidas.

Que no es poco.

Bibliografía

Arendt, H. (1999). Eichmann en Jerusalén. Un informe sobre la banalidad del mal. São Paulo: Companhia das Letras.

King, S. (2012). Mientras escribo. Plaza & Janés.

Ruppert, Franz (2018) ¿Quién soy yo en una sociedad traumatizada?. España: Herder.

Tizón, J. L. (2015). Psicopatología del poder: Un ensayo sobre la perversión y la corrupción. Herder Editorial.

Youtube

Jordan Peterson (2018): https://www.youtube.com/watch?v=KtP241Uu2S0&ab_channel=TheArchangel911

Páginas Web

Fernando Lizama-Murphy (4 de agosto de 2017). «El secuestro de Adolf Eichmann»Fernando Lizama-Murphy – Escritor.

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Identidad e Inmigración – TFM Completo (en PDF) https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2019/06/17/identidad-e-inmigracion-tfm-completo-en-pdf-y-mp3/ https://diegoduranblog.wpcomstaging.com/2019/06/17/identidad-e-inmigracion-tfm-completo-en-pdf-y-mp3/#comments Mon, 17 Jun 2019 12:10:07 +0000 http://diegoduranblog.wpcomstaging.com/?p=803

«Si afrontas de forma suficientemente seria un problema personal,

terminarás resolviendo un problema social»

C. G. Jung.

Dejo aquí mi Trabajo Final del Máster (TFM) en Psicoterapia Analítica Grupal (Universidad de Deusto).

Como regla general, cuando termino un trabajo de esta índole me gusta poner en un cofre el manuscrito, adjuntarle un par de adoquines y tirarlo en medio del atlántico. Me gusta la idea de pasar de un tema a otro, especialmente cuando tengo la impresión que escribí lo que tenía que escribir.

Pero, este no es el caso. Al contrario, haber terminado una maestría haciendo una tesis sobre identidad e inmigración es solo un efecto colateral de un impulso que todavía me lleva a leer, escuchar y escribir acerca de estos asuntos.

Gracias de nuevo a todos los que hicieron la encuesta para inmigrantes, ese feedback me sirvió para saber en qué temas debía hincar el diente, y al resto, por estar delante de la pantalla, algunos de Uds, post a post.

A modo de abstract, diré que se trata de la teoría del desarrollo psicosocial de Erik Erikson adaptada a un grupo de inmigrantes. Siguiendo esta lógica, es posible conocer cuáles son los conflictos fundamentales en cada etapa y posibles resoluciones. Hasta donde sé no se ha adaptado este marco teórico a lo grupal, sin embargo me parece una herramienta válida y útil para conocer las coordenadas evolutivas en las que se encuentra un grupo.

Tendré que advertir que este trabajo está lejos de ser de “interés general”. De todas formas lo pongo a disposición de cualquier psicólogo, psiquiatra, interesados en el grupoanalísis, personas con tendencias masoquistas o con problemas de insomnio. Creo que los trabajos académicos están para ser compartidos, así que aquí lo tienen.

Gracias a todos y saludos desde Bilbao.

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