He tenido muy presente este mensaje a lo largo de la tarde y no veía la hora de responder. Me encanta que la gente se sume a comentar, me resulta más gratificante que escribir, honestamente.

Primera cosa que noto es qué difícil me resulta referirme a cada parte, sin hablar de quien hiere y quien sufre, la víctima y el victimario, quien da y recibe, no sé. Ningún término parece dar el clavo y porque el sufrimiento es legítimo, pero tampoco quiero hablar de víctimas en término de roles o etiquetar en eso términos porque generalmente es más complicado y resulta iatrogénico. Por eso me parece interesante que optes por los términos «receptor» y «emisor».

Respecto al emisor, como dices, muchas veces tiene que navegar dos sentimientos opuestos, puede que no se arrepienta o atesore los mementos vividos con la otra persona (3ro/a), pero sí lamente muchísimo el daño causado a su pareja. Ambos sentimientos pueden convivir y son legítimos.

No creo que sea posible saber quién sufre más de las dos partes, pero me alegro si nos acercamos a la idea de que quién comete (imposible no meter la pata cada vez que se nombra a alguna de las dos partes) también sufre. Tengo la impresión de que a nivel social esta discusión es, con suerte, de nivel escolar y puede resumirse en términos de buenos y malos.

Como sea, prometo no contestar a todo esto en el próximo post, pero sí algunos asuntos, especialmente los relacionados con el hecho de que creo que es casi imposible que no ocurra la infidelidad por cómo se plantea actualmente la pareja y el matrimonio.

La seguimos en el próximo post.

Gracias por escribir.