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Esta tesis que adjunto corresponde a la Maestría en Psicología Analítica Junguiana que realicé en Universidad Católica del Uruguay. Este es el segundo máster que he hecho, el anterior fue en Psicoterapia Analítica Grupal (puedes acceder al material completo aquí).

Comparto con Ustedes una versión reducida del trabajo porque, por motivos obvios, no incluyo aquí el análisis de un caso clínico (si bien he utilizado un pseudónimo y alterado algunos detalles para mantener la confidencialidad).

¿Qué puede aportar este trabajo? En principio tres asuntos:

El primero. La temática giró en un principio respecto al Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), sin embargo, en la medida que fui profundizando sobre este trastorno me fui dando cuenta que las bases nosológicas de este diagnóstico, tal como se encuentra en el DSM-5, no parecen estar bien construidas, por varios motivos (enumero los tres que me parecen más relevantes):

a) Es posible diagnosticar a dos personas con TLP sin que tengan ningún síntoma en común.

b) A nivel de investigación, no resulta controversial asegurar que el TLP está ligado íntimamente con el trauma. Sin embargo, en lugar de clasificar al TLP dentro de los trastornos producidos por trauma o estresores, se encuentra dentro de los trastornos de personalidad (como si la variable trauma pudiera ocurrir o no en el TLP).

c) La altísima comorbilidad del TLP con los Trastornos Disociativos y los Trastornos de Estrés Post-traumáticos (especialmente con el Trastorno de Estrés Post Traumático Complejo) es tan grande que hacer un diagnótico diferencial objetivo resulta, en la enorme mayoría de los casos, directamente imposible a nivel práctico.

Lo importante, en relación al tratamiento, es entender que existen criterios transversales relacionados con el trauma, la disociación y la identidad que son centrales para entender y tratar este tipo de patologías. Personalmente entiendo que abordar estas tres variables a nivel psicoterapéutico es más importante que discutir el diagnóstico diferencial (problema que entiendo irresoluble si nos basamos exclusivamente en los criterios diagnósticos del DSM-5). Respecto a este punto recomiendo leer a Allsopp y la Teoría de la Disociación Estructural de la Personalidad de Van der Hart. Creo que es importante revindicar que a nivel de diagnóstico y de tratamiento, investigadores independientes y universidades de todas partes del mundo que han logrado hacer avances oportunos, serios y significativos que están por fuera de la corriente principal de la APA (no cabe duda que esta institución es una referencia fundamental, pero también es cierto que parece moverse de forma lenta respecto a los cambios sociales, estar sobrevalorada en el ambiente de psicólogos y psiquiatras, somado a una lista histórica de graves errores metodológicos y éticos).

El segundo. En la tesis que comparto el día de hoy, también planteo cómo Jung ha sido un precursor de la teoría de la disociación y cómo los avances actuales ratifican afirmaciones que expresó hace casi un siglo con bastante precisión y claridad.

El tercero. El énfasis de la tesis está puesto en la disociación victima-agresor y cómo este conflicto interno repercute en las relaciones interpersonales y la identidad de las personas que sufren trastornos disociativos. La tesis fundamental de este trabajo sostiene la necesidad de fortalecer la Función Trascendente para permitir simbolizar estos contenidos y evitar así la compulsión de repetición.

Por mi parte, no tengo pensando continuar haciendo maestrías o empezar un doctorado por el momento. Después de quizás demasiado tiempo formando parte de la comunidad académica —tanto como estudiante como profesor— mi nivel de preocupación respecto a los planes académicos universitarios ha ido en aumento, posiblemente después del impacto que ha tenido el Plan Bolonia (no sólo en Europa, sino también en el resto de occidente), que ha tenido como objetivo fomentar la especificidad del conocimiento en detrimento de una formación integral. Esto me resulta especialmente preocupante en Psicología. El limite del absurdo llega a la lucha interna entre las distintas corrientes, en lugar de favorecer la cooperación intra y extra disiplinar. Como quizás puedan intuir, este tema da para largo y claramente no es el momento de tratarlo. Ya escribiré sobre este asunto a su debido tiempo, porque está claro que ahora el horno no está para bollos…

Como siempre, aliento a que otros colegas compartan este tipo de trabajos en la web. Puede ser un aporte modesto, pero entiendo que la suma de contenidos ayuda a democratizar el conocimiento. Sé que el texto que adjunto es técnico, pero espero que profesionales de mi área y personas interesadas en psicología en general puedan sacar algún provecho. Sin más cháchara, aquí queda: